ALGO QUE NUNCA DEBERÍAMOS PERDER (Por Francisco Javier Pérez Muñoz)
Desde el módulo 3 de la prisión de Jaén: Mi hermano y amigo Miguel García Moreno, cofrade de la Expiración de Linares, me animó a escribir sobre algo muy importante para los que estamos privados de libertad aqui dentro. Por eso quiero dedicar este artículo a él y a todos los hermanos de su Cofradía.
Medito todos los días en cada hueco que encuentro entre nuestras Penas y en dichas reflexiones he llegado a la conclusión de lo perjudicial que resulta obsesionarnos mirando hacia atrás, pues a nuestras espaldas queda la sombra alargada de aquellos errores que ya no se pueden corregir y de quienes lo permitieron. También queda atrás el rastro de Amargura, de lo irremediable y de sus crueles autores y autoras. Hay que darle tiempo al tiempo, pues él será, para bien o para mal, testigo de los hechos de cada persona. Y para castigar sólo Dios estará capacitado. Nosotros tenemos que hacer sin violencia lo que debemos, que es simplemente sembrar el bien con el mínimo ruido y actuando movidos por un corazón sano.
En estos tiempos que corren abundamos quienes tenemos, más o menos, la piel hecha trizas y un Rosario de cicatrices en nuestro corazón. No importa. Siempre es tiempo de levantarse, sacudirnos las caricias mal dadas, los Dolores, los besos de mentira y las palabras vanas. Rendirse es lo último. Antes de rendirse hay muchas puertas a las que llamar y una razón a la que apelar: nosotros mismos.
Pienso que para poder vivir cada día nuevo en Paz es necesario olvidar cada día trágico. En caso contrario seguiríamos doblemente presos de quienes nos hicieron promesas, por ejemplo quienes nos fingieron Amor Hermoso dándonos su palabra "en la Salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe". Nunca se cura el Mayor Dolor que hayamos podido sufrir. Así que castigarse por eso ni ayuda ni vale. Se trata sólo de lo que nos pasó. Si alguna vez anduvimos confiados, ahora no importa. Quien abuso de tal confianza sabrá lo que ha hecho con ella. Por supuesto que debemos ser cautos pero, de cara al futuro, es necesario que permanezcamos también abiertos a la confianza, una muesca que nos dé opción a seguir creyendo en los demás.
Si nuestros planes no se tuercen, Miguel Ángel y yo disfrutaremos de seis días de permiso ordinario a partir del próximo Martes Santo. Así que Miguel Ángel, hombre de trono de la Expiración de Linares, está realizando en el gimnasio de prisión, como buenamente puede, sus particulares ensayos de cara al Viernes Santo. Seis series de diez repeticiones de hombro y de sentadilla. Por otro lado, yo, como devoto de Ntro Padre Jesús de Nazareno de Jaén (El Abuelo) también aguardo con ilusión la llegada de ese Viernes Santo por la mañana cuando podré contemplar la imagen de nuestro entrañable Nazareno a su paso matutino por las calles de mayor tradición.
Pero no nos engañemos, aunque durante esos días estemos en la calle, vamos a padecer otra Semana Santa más crucificados por esta sinrazón de las denuncias falsas. En primer lugar porqué iremos asustados por sí, detrás de cualquier esquina, aparecen nuestras castigadoras con ganas de seguir arruinando nuestras vidas. Y en segundo lugar porque nuestro horizonte seguirá el tiempo que aún nos queda entre barrotes. Sin embargo, a nuestro regreso para seguir cumpliendo condena, será el momento de decir: "Bien, aqui seguimos, injustamente castigados pero vivos por el tiempo que nuestros Sagrados Titulares quieran". Vivir es lo que nos toca, vivir pese a quien pese. Lo que más duele a quienes han pretendido diseñar el final de nuestra vida (y la del varón en general) es notar que seguimos respirando. Nuestra sociedad se ha convertido en un espacio en blanco donde, los que legislan, pretenden diseñar el futuro de los demás, pero no todo está escrito. La voluntad, el trabajo y la fe en nuestras posibilidades nos ayudan a sobrevivir y alcanzar nuestros deseos. Ahora nos toca soltar lastre y creer, de verdad, que vendrá tiempos nuevos y mejores llenos de Gracia. Nuestra Resurrección tendrá lugar cuando acabe nuestra vida penitenciaria. Entonces recobraremos Consolación y Alegría en una vida que empezará de nuevo sin que nadie pueda escribirla por nosotros. Ni siquiera los que se creen omnipotentes, será capaces de consolidar la nueva versión del "atado y bien atado". Hay que emerger en busca de terrenos y almas que, por lo menos, nos den un margen para seguir gozando de ilusión, porque luego hay casos (muchos casos) en los que la vida discurre, afortunadamente, por otro lado sin responder a lo previsto. Esa es la razón por la que debemos conservar intacta lo que le filósofo Aristóteles definió como "el sueño del hombre despierto": Nuestra ESPERANZA.
Francisco Javier Pérez Muñoz
Que nuestras cofradías disfruten de un Viernes Santo espléndido.
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