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Nieves Moreno Gallardo

UN AÑO SIN M.A.G.

Su padre y yo llevamos juntos, afortunadamente, treinta y siete años en los que nos hemos esforzado por procurar un feliz entorno familiar donde criar a nuestro único hijo inculcándole valores como el amor y el respeto al prójimo. Como en cualquier familia, hemos vivido algunos altibajos pero entre los tres hemos superados esos baches siempre con unidad y cohesión. En los tiempos que vivimos, la inmensa mayoría de las parejas jóvenes no consiguen vivir juntas ni un tercio de lo que mi marido y yo hemos conseguido. Puedo afirmar esto con orgullo ¿por qué no?.

 

Cuando, de niño MAG volvía de la escuela, se lanzaba a mis brazos para besarme (era muy besucón) contagiándome su alegría. Me relataba, con todas sus anécdotas, cómo habían ido las clases, me hacía mil preguntas relacionadas con lo que había aprendido ese día, y después comenzaba sus deberes para el día siguiente. Todo esto me hacía sentir la madre más feliz del mundo. Cuando llegó su hora de decidir un rumbo profesional él ya lo tenía muy claro porque desde muy pronto él había optado por la informática, algo que siempre le ha apasionado.

 

Después de unos años trabajando en empleos que a él le gustaban siempre relacionados con ordenadores, tecnología y comunicaciones, su trayectoria  fue truncada por una relación de tres años con la persona menos indicada. Yo no creo que el destino esté escrito como muchos opinan. Pienso que las personas que se cruzan en nuestro camino, y cada una de nuestras propias decisiones, son capaces de modificar nuestra vida y nuestro destino en un segundo.

 

Espero que esa persona que ha mutilado parte de la vida de mi hijo encuentre su verdadero destino y que ese destino se halle bien lejos de MAG. Lo más lejos posible. En nuestra familia y círculo de amistades nos resulta muy desagradable cuando vemos la cara de esta denunciadora y con ello recordar con qué falsedad nos hizo creer a todas y todos (a mi hijo el primero)  que lo amaba, cuando en realidad lo único que quería de él era un esclavo sumiso de por vida a sus caprichos y a sus celos. Qué gran desengaño. ¿Cómo puede una muchacha fingir tan bien? Me lo pregunto porque he llegado a la conclusión  de que, si ha sido capaz de meter a mi hijo en la cárcel inventándose historias que nunca ocurrieron, es porque nunca lo amó. Seguro que si una mujer se detiene a recordar cuando le decía “te quiero” a su novio,  a recordar que se moría por estar junto a él, a recordar que se volvía loca por verlo…sería imposible cometer la monstruosidad  que ha cometido esta quien, de paso, también podría recordar que los celos la consumían si él hablaba con otra mujer, reacción que puede explicar muchísimas cosas.

 

Ahora se cumple un año sin mi hijo y, aunque ha quedado demostrado que su encarcelamiento ha sido fruto de los embustes de gente sin sentimientos y sin humanidad, no hemos conseguido sacarlo de allí después de tantísimas movilizaciones en las que os habéis unido a nosotros. Durante ese tiempo mi marido y yo hemos acudido semanalmente a visitarlo. A pesar de que la gran mayoría de las veces tenemos que limitarnos a hablar con él a través de un frío cristal, sin poder besarlo, aún así nos resulta reconfortante porque observamos cómo se encuentra, nos dice si necesita que le mandemos algo, recordamos otros tiempos, charlamos de muchísimos temas como sus planes de futuro, y algunas veces hasta reímos. Ha pasado un año y aún no me creo lo que estamos viviendo. Porque si desde pequeño ves que tu hijo es conflictivo, agresivo, incorregible… sabes que algo está fallando y que la prisión puede ser su destino. Pero si, por el contrario observas a tu hijo que es, como sabéis todos los que conocéis a MAG, dócil, tranquilo, formado, legal, popular, rodeado de buenos amigos y apreciado por todo el mundo…un golpe así es totalmente inesperado e incomprensible.

 

Al margen de no abandonar a mi hijo ni un momento, durante todo este año he tratado de enterarme de todos los casos aparecidos en prensa sobre DENUNCIAS FALSAS , resultando escandaloso que todavía haya gentuza que niegue la evidente existencia de estas. A modo de ejemplo, copio a continuación algunos de los titulares más relevantes acerca de hombres que han tenido más suerte que mi hijo porque un juez ha decidido investigar el caso seriamente y estudiar todas las pruebas, o por algún error de la denunciadora.

-         Absuelto el boxeador Manuel Lozano de maltratar a su esposa

-         (En Murcia) Absuelven a un acusado por violencia de género y critican la denuncia sin pruebas de su esposa.

-         En Guipúzcoa) Piden multar a una mujer que denunció falsos malos tratos.

-         (Jesús González, víctima de denuncias falsas)”Ella ha sido condenada y me han devuelto a los niños”.

-         (En Albacete) Absuelto un hombre acusado falsamente por su ex mujer.

 

He recopilado más casos que harían interminable este artículo. Pero lo más vergonzoso es que aún no ha entrado en prisión ninguna de estas arpías que ha denunciado en falso y que después otras gurús del hembrismo quieren santificar por haber pretendido arruinar la vida de su ex pareja.

 

Los casos anteriores han aparecido en prensa digital que es sobre la que menos censura se ejerce, pero también en televisión han aparecidos casos. Por ejemplo, el día 22 de junio pude ver en Telecinco como José González Medina, denunciado falsamente por su ex ,  exponía su caso públicamente. Cambié de cadena y sorprendentemente ,  en Antena 3 se encontraba Juan Ballesteros narrando su caso. Al día siguiente volvía aparecer  José González Media en TVE 1. Esto significa que hasta las cadenas más afines al Gobierno del Estado Español  están admitiendo que las denuncias falsas existen, que no son casos aislados y que es algo que debe frenarse. Ahora sólo faltan que manifiesten que encarcelar inocentes dejando familias destrozadas y niños huérfanos  no es precisamente el mejor método (más bien lo contrario) para proteger a las mujeres verdaderamente maltratadas.

 

Y si de perversidad femenina hablamos, tenemos a las que para vengarse de sus ex parejas no han dudado de dar muerte a sus propios hijos, como aquella que mató a sus dos pequeños con el cargador del móvil, otra que los ahogó en la bañera, la británica que recientemente  los asfixió en la habitación del hotel, o la que también hace poco se lanzó a un precipicio conduciendo un vehículo con sus dos hijos de corta edad. Es duro ¿verdad? Si hay mujeres que en su afán de venganza son capaces de asesinar a lo que más se quiere en la vida, que son los hijos, sangre de tu sangre. ¿Por qué se empeñan en hacernos ver como imposible y descabellado el que una mujer mande a un hombre a la cárcel con mentiras?

 

Durante nuestro ir y venir  a comparecencias, juicio y demás, alguien que trabaja en el Juzgado nos contó la historia de una mujer muy habitual por allí porque  había denunciado ya a tres parejas diferente. Con cada una de sus parejas había tenido un hijo pero se ve que tiene mala suerte con los hombres y todos terminan maltratándola. Así que no tenía más remedio que denunciarlos, lo que cíclicamente ponía en marcha todo el aparato judicial administrativo (policías, abogados, forenses, psicólogas, jueces, fiscalas…) cobraba la paga de maltratada del Estado y desplumaba a su nuevo maltratador con jugosas indemnizaciones. Como puede comprobarse, esta mujer no hacía nada ilegal ni inmoral y por supuesto que a ningún juez le dio por mirar el historial de esta pobre maltratada para darse cuenta del negocio que tenia montado.

 

Desgraciadamente este no es un caso único pues, a diferencia de la que denunció a mi hijo (que fue por puros celos) hay muchas mujeres que hacen del “amor” su forma de vida. Amparadas por la justicia y por el Ministerio de Igual Da consiguen vivir del cuento a costa de encarcelar a hombres inocentes. O quizá quien tenia razón era una “ilustre” política de mi ciudad cuando dijo delante de una cámara de televisión que “los  hombres son violentos por naturaleza”. La frase quedó genial  en boca de una mujer que vive rodeada de hombres: Su padre, su esposo y sus hijos. ¿Estará viviendo ella esa violencia generalizada en el seno de su familia masculina?. Hemos llegado a unos extremos donde todo vale. Lo importante para estas ilustradas es chupar cámara para mantener el negocio y conservar sus estatus social aunque sea preciso vender su alma al diablo y tirar por los suelos el honor de sus varones.

 

Pedo desde aquí quiero por enésima vez felicitar a quienes están alzando su voz para denunciar toda la picaresca que hay montada en torno a la Ley contra la Violencia de Género, como son:

Juez Serrano, no cortándose un pelo a la hora de abordar el tema públicamente sobreponiéndose  a amenazas y boicots por parte de este régimen feminista talibán.

Elena Porras, publicando recientemente el libro “Paga y calla” donde también trata el asunto abiertamente.

José Díaz-Herrera, publicando su libro “El Varón Castrado” y su reciente comentario “El Feminismo radical”

Intereconomía que me invitó para hablar durante media hora de El caso MAG.

Televisión Linares que entrevistó a mi hijo durante 40 minutos y que, según nos comentó hace unos meses el periodista Antonio Robles, está intentando acceder al interior de la prisión para poder hacerle una entrevista.

 

Pero de todas las visitas que este año hemos hecho a mi hijo, la más tranquilizadora fue la del pasado 29 de junio. Organizaron una convivencia familiar en el módulo de respeto en el que se halla desde su encarcelamiento. Aquella tarde acudimos en total diecisiete familias. La verdad es que, una vez dentro de prisión, al caminar por aquellos claustrofóbicos pasillos con tantas puertas metálicas, me puse bastante nerviosa y no tuve más remedio que romper a llorar (gracias que aún no había visto a mi hijo) pero enseguida se me pasó y aún más tranquila me quedé al llegar a módulo 3, nuestro destino, donde vestido con un polo a rayas horizontales azules y blancas nos esperaba MAG, en perfecto estado de ánimo y salud. Tengo que decir que nada de lo que vimos en el módulo nos sorprendió, ya que no lo cuenta absolutamente todo en la alrededor de una hora semanal que hablamos con él entre teléfono y locutorio.

 

Para entrar al módulo se abre lentamente una puerta azul marino automática de alrededor de un par de metros de anchura y lo primero que se observa es un comedor provisto de unas 50 mesas, 100 sillas y unos ventiladores en el techo. A la derecha hay un patio polideportivo con unas canastas y unas porterías de fútbol sala. Al fondo del comedor se encontraba la zona de actividades. La primera es el taller de manualidades, donde los internos realizan sus pequeñas obras de arte. Luego está el aula de informática, donde hay 6 ordenadores y MAG es monitor. Enfrente se encuentra la escuela del módulo, habilitada para unos 15 alumnos  donde MAG estuvo de maestro antes de pasar a la informática. Más adelante,  la biblioteca  del módulo, tiene una mesa larga donde pueden leer unas 10 personas. En el gimnasio había varias bicis  estáticas, pesas barras y diversas máquinas. Al lado estaban las duchas, individuales con tabiques y cortinas, lavabos, espejos y paredes de azulejo pulcrisimo . Al fondo de todo quedaba un pequeño patio con tendederos para quien prefiere lavar la ropa a mano en lugar de mandarla a lavandería.

 

También se nos permitió subir durante algunos minutos a la planta superior donde se encuentra las 41 celdas y esto sí que me dejó bastante mal sabor de boca pues, aunque mi hijo y su compañero Carlillos la conservan impecablemente, me pareció bastante duro que dos personas tengan que pasar trece horas y media al día en un habitáculo de tan sólo 8 metros cuadrados. MAG nos enseñó las 200 y pico hojas que lleva manuscritas (menudo trabajazo) de su  libro y que nos mandará por correo para que se las vaya pasando a ordenador. También tenía allí una pequeña televisión de plasma, pero dice que apenas la ve porque prefiere leer o escribir.

 

No quiero terminar sin agradecer al Centro Penitenciario esta oportunidad de visitar sus instalaciones y de estar con nuestro hijo durante dos horas. Más concretamente a don Jesús que se presentó, creo recordar, como coordinador de módulos de respeto y a don Daniel, el educador del módulo 3, que se acercó a mi para tranquilizarme cuando me quedé impresionada al entrar en prisión y que después, ya en el módulo, se acercó a mi marido y a mi para comentarnos          brevemente que si todo estaba tan limpio y reluciente, no era algo eventual únicamente para la convivencia, sino que aquella pulcritud era rigurosamente diaria gracias a la dedicación de los propios internos que se organizan en grupos de limpieza para que todo esté así. Además, la estancia en un módulo de respeto es totalmente voluntaria, así que quien pertenece a él es porque voluntariamente se ha comprometido por escrito a acatar una serie de normas necesarias para que el módulo tenga un aspecto saludable.

 

Pero lo que más me llenó de la convivencia fue la cortesía y amabilidad con que se dirigieron  a mi algunos amigos que mi hijo me presentó. Y me llenó porque eso es síntoma de que mi hijo también se ha ganado el cariño de la gente de allí dentro. En concreto un chico de Jaén que se llama Raúl Pulido (que no está por violencia de género) me comentó que casi todos los internos conocen a la madre coraje de Linares que escribe en internet y me felicitó por el tesón con que estoy llevando a cabo todas las iniciativas, no sólo por mi hijo, sino por decenas de hombres que hay allí dentro en idéntica situación que él. Supongo que si allí dentro me conocen tanto, teniendo en cuenta que no tienen acceso a internet, será porque mi hijo se ha encargado de ponerne por la nubes entre sus compañeros. Si eso es así, me siento doblemente satisfecha , porque evidencia que mi hijo me quiere mucho y se siente orgulloso de su madre..

 

Nieves Moreno Gallardo.

 

 

2 comentarios

eVA -

Nieves mucho ánimo, desde luego con una madre asi como no va a estar orgulloso. Me ha encantado tu carta, me han saltado hasta las lagrimas...

Juan Manuel Salas -

Animo Nives. Yo estoy esperando a que vengan yá... Estoy triste y muy agotado, lo han conseguido... Malditos/as!!!! Un Abrazo para MAG que me acuerdo mucho de el, lo siento. Un beso.