HABLE CON LA PACIENCIA Y ME REVELÓ QUE LA FELICIDAD ESTÁ EN TIEMPO
Por Francisco Javier Pérez Muñoz
Desde el Módulo 3 de la Prisión de Jaén
Así es, la paciencia es un árbol con raíces amargas pero con frutos muy dulces. Trabajar la paciencia es uno de los ejercicios más complicados que la vida me ha propuesto. Creo que pasar por un trago tan amargo como que te metan en la cárcel por "to" el morro, ha sido una forma radical de adentrarme en el seno de la madre paciencia, debido al excesivo tiempo del que he dispuesto para torturarme y para pensar por qué la vida me ha tratado tan injustamente. He concluido que esta ha sido la única manera de darme cuenta de que no me lo merecía pero realmente me estaba pasando. Nada más entrar en prisión me sentía con una pesa de 500 kilos a punto de caer sobre mi cabeza y cada vez menos fuerzas en mis manos para soportar ese lastre, pero he aguantado un día tras otro, mi ánimo ha ido aumentando y he desarrollando fuerza, en estos dieciocho meses, para ir rompiendo cacho a cacho esa enorme pesa que, aunque realmente sigue ahí, cada vez se me antoja menos pesada.
Sobre mi totalmente extinguida relación con esta mujer denunciadora (de la que todo el mundo que nos conoce sabe que jamás encontrará un amor como el que yo le profesaba) tengo que confesar que evidentemente yo no era perfecto. Claro que he cometido errores pero no por los que me han condenado. Mi mayor error fue permitir que me manipulase a su antojo, como si de una pelota se tratase. Jugaba conmigo cuando le apetecía pero si encontraba otra pelota que a ella le parecía mas bonita me embarcaba, es decir, me denunciaba. Cuando se cansaba de la pelota nueva siempre rescataba la vieja hasta que volvía a cansarse y volvía a embarcarla en otro tejado. Así hasta tres veces denunciado y finalmente encarcelado porque le ha dado la gana a la niña.
Pero quienes más me asombran son los que velan por nuestros derechos y por la justicia. O se suponen que lo hacen. El otro día escuché en las noticias a una representante de la justicia que decía que no hay que poner en duda la palabra de la mujer ¿Entonces qué pasa? ¿Qué la palabra de un hombre no vale para nada? ¿Eso es Igualdad o Igual-Da lo que diga el hombre? He intentado reflexionar sobre estos asuntos leyendo algo de filosofía, la cual trata de resolver sencillamente muchos de nuestros problemas más simples y cotidíanos. También he intentado mantener el corazón transparente y el alma limpia de toda maldad para preguntarle a la propia vida. Esa es mi filosofía pero lo más importante de un razonamiento filosófico puro es no tener rencor hacia nada ni nadie por mucho daño que te puedan llegar hacer. Hay que mirar hacia adelante sin importar cómo de injusta puede llegar a ser la vida. También hay que soportar las frustaciones y seguir avanzando para poder llegar a los objetivos marcados, porque nada ni nadie golpea más fuerte que la vida misma. Dejemos que sea ella la que imponga justicia y coloque a cada cual en su sitio. Hay que extraer lo más sencillo de desgracias como estas, por ejemplo la positividad y el rendimiento que se puede obtener del tiempo bien invertido. Si no puedes con las circunstancias a donde la vida te conduce forzosamente, únete a ellas, ten paciencia y sácale provecho a esa situación que, en mi caso, se caracteriza por lo doloroso que me está resultando el que me estén robando mi libertad y privando de lo mas hermoso que puede haber en la vida que es la compañia de mis hijos.
Pero tras mucho tiempo soportando ese dolor y esa impotencia de no poder hacer nada para estar con ellos, le pregunté a la paciencia y me respondió que inevitablemente algún día saldré de este lugar. También me informó de que allí fuera hay otra prisión aún peor: aquella de la que algunas personas malignas nuncan saldrán: Es la prisión de la avaricia, de la codicía, de la maldad...
Las personas que se caracterizan por esos rasgos y que jamás saldrán de esa cárcel llegan a creer que su forma de vida es la correcta. En su convencimiento de que no hacen nada malo, llegan a acostumbrarse a su rutina sin pensar en el daño que causan a los demás. Sin embargo, yo creo en el más allá y esta vida puede ser una prueba más. Con recompensa o sin ella. Me han hecho tocar fondo y me han hundido, pero de nuevo le pregunté a la paciencia. Esta vez me respondió que lo mejor de tocar fondo es que la única salida se encuentra hacia arriba. Es así de duro, pero es la única salida. Hay momentos en que deseas tirar la toalla pero es ahí donde tienes que empujar y avanzar cueste lo que cueste. Si te queda algo de aliento puedes.
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gema perez -
Eva -