Blogia
Nieves Moreno Gallardo

DEJE DE ESTUDIAR PARA TRABAJAR PERO EL DESTINO ME ACONSEJA AHORA QUE ESTUDIE (Por Francisco Javier Pérez Muñoz)

Desde el módulo 3 de la prisión de Jaén: Conviene pararse de vez en cuando para tomar conciencia de la vigencia de algunas reflexiones que, en este lugar (la cárcel) he ido desgranando.

En los últimos 21 meses sin libertad, desde mi condición de preso politíco, pero al menos libre de pensamiento, tal como me siento, me reivindico.

Desde el ejercicio de esta libertad de pensamiento, nace un primer impulso llamado "evidente", ya que con todos estos artículos no pretendo eludir la prisión, puesto que ya estoy en ella. Así que, llegados a este punto, si soy inocente o no, es lo de menos puesto que, de 32 meses, llevo pagados 22, es decir, me quedan 3 meses para entrar en periodo de libertad condicional.

Barbaridades judiciales como las que he sufrido me han dejado muy claro, que el poder político todo lo invade y que el sectarismo está llegando a todos los rincones de la sociedad. Esto origina que cada vez seamos ciudadanos menos libres. Es necesario abrir interrogante sobre si estamos ante una sociedad con libertad de expresión o, por el contrario esta ha sido asaltada desde el ámbito político. Es decir, ¿existe o queda algún espacio social que no esté abducido por la política?

Así que, con la edad de Cristo,he decidido izar velas, rumbo a lo que creo que es muy necesario: gozar de cierta psicología, puesto que vivimos en una selva de locos. Cada vez en mayor medida, hemos ido retrocediendo hasta diluirnos en una masa inerte de ciudadanos sin criterio y sin sustantividad propia. Ahora que se ha puesto la supervivencia masculina en peligro real y el propio bienestar de la familia, vuelvo a reiterar que tenemos un nefasto modelo de cultura política. Es positivo no caer en esta locura con las herramientas que te ayuden a no volverte loco, y al alto precio que se han puesto las consultas psicológicas es vital tomar medidas al respecto. La mejor forma de canalizar esas calamidades es introducirse en el campo de la psicología. A tal evidencia también he afirmado y lo ratifico ahora, como cada día se pone en tela de juicio todo un modo de organización y administración para destruir a familias enteras, con las desmesuradas y absurdas leyes que encorsetan y asfixian al cuerpo social del que osa mear de pie. Leyes que dejan al hombre hecho un indigente, que de solución sirven de obstáculo para una sociedad que precisa autoinventarse. Reparto del poder entre políticos totalitarios, al fin y al cabo.

Por eso también, para empezar a adelgazar toda esta inútil superestructura seguiré estudiando así, ipso facto. Para no caer en esta locura que esta política pretende.

Tengo mi oficio y, si voy a estudiar, es poque lo veo necesario. Con tan solo 15 años abandoné los estudios para trabajar y ser independiente. Trabajé 16 años en el mismo sector: Decoración de primera de interiores y exteriores. Evidentemente no todos estos años trabajados han sido cotizados a la Seguridad Social, pero el sistema no me ofreció otra posibilidad. Después incluso consegui mi propia empresa. Afortunadamente, he acumulado suficiente documentación para poder certificar mi gran cantidad de años cotizados. Sería imperdonable que no fuese un gran profesional en la materia.

Todo este tiempo entre rejas lo he dedicado exclusivamente a la lectura y al estudio, leyendo más de medio centenar de libros de diversas materias. Cierto que gracias a mi afán de aprender y leer, he conseguido agregar a mi mente cierto vocabulario y conocimientos para no pecar de ignorancia.

El desengaño sentimental que padecí cuando fui denunciado, me ha quitado la venda de los ojos, lo que ha supuesto un importante cambio en mi vida. Y las lecturas políticas que aparecen en algunos periódicos nada tiene que ver con estas ya nocturnas ideas de quien les escribe. Al igual que sucedería si el cambio de gobierno lo liderase el partido en la oposición.

Por eso he decidido sacar estas ideas hoy aquí, para que les dé un poquito el aire, pero enseguida las vuelvo a meter en el cajón.

Francisco Javier Pérez Muñoz

0 comentarios