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Nieves Moreno Gallardo

¿QUIÉN SABE DÓNDE? (Por Francisco Javier Pérez Muñoz)

Desde el módulo 3 de la prisión de Jaén: En este mundo abunda la opresión y el miedo. La mordaza es el complemento de moda que se instala hasta el mismo tuétano. Los pobres son perros mudos que rebuscan en los cubos de basura, y los ricos y poderosos ventoseando sus gracias. El hombre asola todos los rincones humildes con miseria y dolor de tripas. El rico saquea al pobre todas sus pertenencias, reventándolo a trabajar sin compensación. Humilla una y otra vez su dignidad herida, arrojando desvergüenza por donde va pisando. Todos los días me haga la misma pregunta.¿Quién sabe dónde están llevando a la raza humana? ¡Mira que le doy vueltas al coco! Pero no me cuadra nada. Recuerdo de niño como se trabajaba en conjunto, ahora no queremos ni estar juntos. Dicen, que estamos avanzando, no me creo ná. Sino todo lo contrario. Antes el respeto brillaba, ahora no hay nada, es un mito. Antes nos conformábamos con lo justo y necesario. Hoy el país está hecho una ruina. Antes había educación que se aplicaba por nuestros padres, hoy simplemente no hay padres, y los que hay llevan esa mordaza. En tiempos pasados nos divertíamos con una simple chapa de coca cola y a la comba. Hoy un niño de ocho años lleva en su mano un teléfono móvil. Hoy los niños han perdido eso tan bello como es la inocencia. Yo me pregunto ¿Dónde llegaremos así? No temo por mi, sino por mishijos. Me hago otra pregunta, ¿llegaremos al 2020? ¿Será la tierra un desierto? Y por eso me pregunto ¿Quién sabe dónde acabará este mundo? Que alguien me explique dónde acabaremos. Yo lo veo muy negro. Que alguien me diga que todo esto es un sueño. Y el amor, el primer impulso es... ja ja ja. Antes se amaba por quién eras. Hoy, tanto tienes tanto vales. ¿Que se te acaba el dinero? Pues no te queda nada más que la persona. Para mi lo más valioso.

La libertad está profundamente dañada y a pesar de haber sido reflejada en grandes declaraciones históricas como la Carta Magna, las declaraciones de las revoluciones americanas y francesas, las declaraciones de los Derechos Humanos de las Naciones Unidad y la Convención Europea sobre los Derechos Humanos. ¿Con qué rasero se mide, entonces, esa libertad?

Nada amigos/as, sólo nos queda la esperanza de que todo sea un sueño.

Francisco Javier Pérez Muñoz

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