Francisco Caamaño, Ministro de Justicia, reconoce que hay inocentes en las cárceles.

La injusticia cometida sobre mi hijo corrió como la pólvora por todo Linares justo al día siguiente de ser salvajemente agredido e indecentemente denunciado, aunque su situación no saltó a la prensa hasta mayo de 2006, cuando volvió a ser denunciado por un falsísimo quebrantamiento de medidas cautelares de alejamiento.

 

            Creé este blog a finales del año 2008, ante la impotencia que sentí, como madre, al ver cómo la denunciante quería arruinar la vida de MAG con la convivencia de jueces y fiscalía. Pero no fue hasta mediados de 2009 cuando la mencionada pólvora abandonó el reducido ámbito local para correr internacionalmente, lo que produjo un aluvión de adhesiones procedentes de toda Europa y América.

 

            Como era de esperar, hubo una ínfima minoría (tan ínfima que podríamos denominar “epsilon”) procedente del feminismo talibán que inevitablemente se posicionó en contra de Miguel Ángel esgrimiendo como argumento el hecho (para ellas incontestable, como no podía ser de otra forma, dada su radicalidad) de que no hay inocentes en nuestras cárceles. A todas estas extremistas intolerantes que no tienen otra cosa que hacer durante muchas horas al día que ir vomitando irracionalidades como esa de web en web y de foro en foro, está dedicado este artículo en mi blog.

 

            No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer al Sr. Ministro de Justicia, Francisco Caamaño, la cercanía, amabilidad y accesibilidad que demostró el pasado 2 de marzo cuando permitió, con toda naturalidad, que mi marido y yo nos acercásemos a él para entregarle un dossier donde le explicábamos documentadamente la barrabasada que se ha cometido con nuestro hijo.

 

           Aquel mismo día, el Ministro concedió a Diario Jaén una entrevista exclusiva que se publicó varios días después y de la que rescato la siguiente afirmación que, a buen seguro, hará las delicias de las epsilonas del Caso MAG, esas paladinas del feminismo rancio, recalcitrante y totalitario (alias hembrismo) a las que no les tiembla el pulso a la hora de escribir payasadas como la de que no hay inocentes en la cárcel.

 

            Y eso no lo dice la madre de un condenado. Lo dice un Ministro de Justicia.

 

 

Nieves Moreno Gallardo